miércoles, 29 de octubre de 2008

Tantra: Sexo Sagrado

Erotismo trascendente. Amor Místico. Sensualidad esencial. Placer cósmico. Sólo alguien que busque a través del placer cósmico la verdad última, puede atravesar con espontaneidad ese vericueto de realidades incomparables y exhibirlas para que pueda verlas la consciencia. La Sexualidad Sagrada es un modo de interpretar la unión íntima entre individuos como una inseparable afinidad entre lo físico y lo espiritual. Sabemos que el sexo ES el modo más poderoso de ponerse en contacto con lo trascendente. Por lo que se puede transformar, este erotismo o ascenso de Eros, con todas sus múltiples variantes, en la magia más intensa y ardiente que está a nuestro alcance y llevarnos así a efectuar cambios a voluntad de nuestra condición profunda. Se pueden entender la Sexualidad sagrada, la magia sexual, el tantra o el tao del amor; como sistemas teóricos y prácticos que pretenden expandir la percepción de las realidades internas hasta el máximo para conocerse mejor y por extensión conocer a las demás y al propio Universo. Rompiendo, de este modo tan cercano, nuestros esquemas vacíos habituales, los que nos imponen cómo debemos comportarnos o sentirnos: esta liberación de nuestra cotidianidad, se manifiesta como una incomparable libertad y regocijo interior. La capacidad creativa del erotismo y sexualidad sagrada nos transporta, si sabemos utilizarlos, a un espléndido estado de conciencia donde todo es posible, donde todo se entiende con la inocencia y la sencillez maravillosa con que lo contempla un niño. Aunque hoy en día apenas nos quedan recuerdos en occidente, nuestros antepasados más antiguos se instruyeron en muy diversos tipos de sexualidad en la que se enlazaban el placer del cuerpo con el goce del alma, procurando así que el Cosmos se armonizase, pues cada ser humano es un símbolo de realidades superiores, de la tierra y del cielo, la reconciliación de la conciencia humana con la conciencia cósmica. De este modo el placer físico se utilizaba como una entrada al goce espiritual y por tanto a los misterios del más allá. Hay muchos secretos que conocer y dominar para poder realizar estas transformaciones íntimas de nuestro modo de ser. Siguiendo una serie de disciplinas y técnicas, que hay que tener en cuenta, se llegará a una situación semi-automática donde nos podemos olvidar de ellas y simplemente fluir con todo nuestro ser hacia lo más irresistible de todo cuanto ha sido creado: el Amor. En el fondo de todo intercambio sexual se establece el Amor. Este amor no tiene que ser condicionado, sino incondicional, universal sin límites. Es esencial someterse a la divinidad, rendirse a lo que está por encima de nosotros y reverenciarlo. El sexo es sólo una manifestación terrenal de la divinidad. Nuestros sentidos son modos de percibir esa realidad absoluta y conociéndola mejor es más fácil amarla. Así la sensualidad nos enseña que hay que ser consciente de los sentidos, de los sentimientos, de la intuición. Cuanto más conscientes seamos del sexo, mayor capacidad tendremos de apreciar las más sorprendentes experiencias. En nuestra vida rutinaria hemos llegado a olvidar esa capacidad de maravillarse y de gozar con las cosas más simples que tienen los niños. Nos han enseñado a reprimir o rechazar lo placentero, lo mágico, lo sobrenatural; demasiado placer para ser bueno pueden decirnos los que han perdido de vista el magnífico esplendor de la naturaleza. Y no hay nada más sublime y maravilloso que la belleza natural, que es el libro de la creación puesto de bruces ante nuestra propia sensibilidad, está ahí y es para todos. El cuerpo de la persona a la que amamos es lo más hermoso que podemos admirar, explorar sus secretos, sus confidencias, sumergirnos en sus encantos que en esos momentos están abiertos; es la elevación del espíritu en la Tierra, es la energía de las estrellas hecha carne. Hemos perdido el sentido del goce, el deleite conjunto del sexo y de lo sensible. Pero podemos recuperarlo despertando nuestro sentimiento trascendente de la Existencia. Uniéndonos en un recóndito reencuentro, el sí mismo y con el sí mismo de nuestra pareja. Ese es el secreto de la sexualidad sagrada. PRESENTACIÓN: Investigo y exploro el placer, como otros investigan y exploran los resultados del fútbol o las películas de la televisión. El placer es el éxtasis, la apertura al Universo, el conocimiento, la vida, la bondad. Utilizo para encontrar y utilizar ese tesoro oculto en nuestras entrañas, procedimientos muy diferentes; psicología transpersonal, hipnosis, regresión, música, danza, masaje sensorial y catártico, cada una e estas técnicas englobadas en un sistema de bio-energía desarrollado por mi denominado: TESEO. Se desarrolla en diversos estratos de placer, en algunos es necesaria la compañía, en otros se realiza sin compañía, y es posible poder penetrar en niveles de consciencia acrecentada, donde pocas personas han llegado antes, dimensiones bastante semejantes a las chamánicas. Amo la mujer, su feminidad, su capacidad de hembra, su capacidad de entrega al placer, a la benevolencia, pero la amo desde afuera, desde mi propia masculinidad, deseándola, como chispa que prende la hierba seca, como pozo sin fondo que necesita una salida al exterior para que sus aguas puedan saciar la sed de los que anhelen. Al final siempre se descubre que lo diferente es lo complementario, lo que completa la serie. Aunque es difícil de explicar, estimo que la mujer debe poseer algo semejante a una magia, un misterio, una sabiduría y una sensualidad especiales, conectada a la Naturaleza, es un conjunto de velos, que deben ser descubiertos, despojados de su sustancia y de su irónica ocultación, para así desnudarlos, mostrarlos al resto del entorno y revelar su auténtico temperamento. Sólo alguien que busque a través del placer cósmico la verdad última, puede atravesar con espontaneidad ese vericueto de realidades incomparables y exhibirlas para que pueda verlas la consciencia.Considero que por razones históricas, sociales, económicas, culturales y personales hay mucha falta de placer en las mujeres. Esta falta de placer, esa desarmonía en su naturaleza, de por sí sensible, puede causar bastantes tipos de enfermedades; trastornos físicos, emocionales, mentales y espirituales. El procedimiento para remediar esta anomalía es en principio sencillo, después se muestra que es múltiple: hay que aumentar el nivel de placer medio en la vida de esta mujer y abrir su conexión con el Cosmos interno mediante adecuadas experiencias de alta intensidad que la pongan en contacto directo con el éxtasis. La realización de prácticas conjuntas con los seres amados, placenteras revista una gran importancia para la satisfacción terapeutica y vital. Estas situaciones placenteras deben reforzarse adecuadamente durante un tiempo conveniente. Las gratificaciones continuas, si se han solventado y aceptado previamente sus beneficios combate las interacciones negativas. Las diferentes formas de diversión: el juego, la risa, la alegría, el canto, la danza, la ebriedad leve, la devoción, la seducción, el erotismo; se han utilizado desde siempre para combatir el aburrimiento, la angustia, la depresión, la culpabilidad, la obligación, la irritabilidad, la represión sexual y los desarreglos psicosomáticos; así se ha hecho siempre en romerías, peregrinaciones, procesiones, festejos. Es posible tener placer de una viveza más allá de lo imaginable y por varias horas. El cómo se llega a él es algo que hay que averiguar y experimentar por sí y en sí mismo. Una vez sentidas estas experiencias dentro y fuera del cuerpo físico, nos sentiremos como navegando en un océano de gozo, de quietud dinámica, de satisfacción. Eso es lo que yo denomino el corazón del placer y si lo has probado al menos una vez, ya se puede decir que ha merecido la pena vivir y que has existido durante un espacio-tiempo indeterminado en la extrema cúspide del disfrute. A partir de cierto momento ya sólo puede satisfacerte más, que una persona amada pueda experimentarlo también. Esa sensación de compartir con el ser querido -en incontables áreas psíquicas- lo mejor que puedes dar. Implica una comunicación profunda y misteriosa de las delicias insondables que se descubren, complaciendo profundamente a ti y a otros. Distribuirla y permitirá seguir adelante en el trayecto de satisfactoria existencia que se haya escogido.

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